Oh, las personas con discapacidad, población que ha sido categorizada como minoría por cientos de años y hasta ahora, podemos liberarnos. Pues hoy, ¡podemos probar que estamos conquistando el mundo!
Y no, no se trata de ciencia ficción de lo que estoy hablando, sino una realidad latente. La población con discapacidad, tanto en Costa Rica como a nivel mundial, sigue aumentando. ¡Ya nadie nos puede detener!
En la actualidad costarricense, del total de su población, más de 670.640 (seiscientas setenta mil seiscientos cuarenta) personas tienen algún tipo de discapacidad. Y esto, solamente tomando en cuenta el porcentaje de la población mayor de 18 años, dejando de lado a los retoños de la camada.
Este y otra serie de datos, fueron circulados el pasado 29 de mayo, gracias al Instituto Nacional de Estadística y Censos y el CONAPDIS, en honor al día nacional de la persona con discapacidad, (a nivel internacional, se celebra el 3 de diciembre). De los cuales, analizaremos los dos temas que más llamaron mi atención.
Si bien, como sociedad, nos hemos acostumbrado a dividirnos en subgrupos y así segmentar los problemas de cada uno - quizá con la intención de poder disminuirlos -, la realidad es que hay problemas que todos afrontamos, sin distinción de ningún tipo. Dos de los cuales son, el acceso a la educación y el trabajo.
No es necesario un profundo análisis para entender que no podemos tener una sin la otra. Pues sin las bases de una buena educación, la posibilidad de competir en el actual mercado laboral, se vuelve casi imposible. Y esto es un obstáculo para todas las personas, sin importar raza, sexo o condición de salud. Lo cual denota la importancia que se le debería dar al tema, en vez de hacernos de la vista gorda.
Según el censo realizado, el nivel de instrucción de las personas con discapacidad es el siguiente:
El 28,0% completó la primaria y un 10,8% la secundaria.
El 19.6% no completó la primera y un 16.1% desertó en la secundaria.
El 17,1% posee educación superior.
El 7,4% no cuenta con ningún nivel de instrucción.
De lo anterior, se puede concluir que el porcentaje de personas con discapacidad que cuentan con un alto nivel académico, es alarmantemente bajo. Que si bien las razones que provocan este resultado no fueron investigadas en el censo mencionado, es responsabilidad de todos conocerlas y erradicarlas.
Lo anterior muestra que el país en su generalidad (población y gobierno), no está supliendo la necesidad de educación de esta población. Que si nos vamos a los términos legales, es una de las obligaciones del Estado, con toda su población, sin discriminación o distinción de ningún tipo, (artículo 78 de nuestra querida Constitución Política).
Ahora bien, ¿qué sucede cuando los pilares de una construcción no se edifican de la manera más sólida? Pues la edificación no tiene la capacidad de mantenerse en pie. Y eso es justamente lo que le sucede al país cuando por distintas razones, no empodera la población en su totalidad. Pues la falta de una preparación académica requerida para ingresar y permanecer en el mercado laboral por parte de las personas con discapacidad, afecta directamente a la economía nacional. Y en vez de cooperar con el crecimiento del país, se vuelve una carga más que frena su desarrollo.
Esto es una realidad que tristemente, también se manifestó en el censo realizado. Pues cuando se menciona la cantidad de personas con discapacidad dentro de la fuerza laboral, el porcentaje total es solamente de un 39.8%. Siendo que, según los quintiles de ingreso, el 20% de los hogares con menor ingreso del país, concentran aproximadamente el 30% de las personas con discapacidad. Mientras el 20% de los hogares con mayor ingreso, agrupa solamente el 15%.
Si bien es un número alarmante, el desempleo no es un obstáculo que solo enfrenta la población con discapacidad, sino la totalidad de la sociedad costarricense. ¿O acaso no vieron la noticia de la feria de empleo en Puriscal donde asistieron más de 200 personas el fin de semana anterior?
Como parte de la población de personas con discapacidad, esperamos que esta encuesta ponga en perspectiva a cada uno de los ciudadanos del país de la realidad en la que vivimos. Y que si bien, por temas de “condiciones de salud” nos han separado en distintos grupos sociales, todos estamos juntos en esto. No se aproxima un futuro prometedor para la economía de nadie y es por ello, que todos como sociedad inclusiva, debemos de velar porque exista una igualdad de oportunidades para el crecimiento profesionalmente.
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