Bienvenidas y bienvenidos a la primera columna sobre discapacidad y sexualidad.
Mi nombre es Mónica Rojas, soy licenciada en Educación Especial, una entusiasta de la sexualidad con diversos estudios en la temática tanto costarricenses como de España y Argentina. Un gusto poder compartir este espacio en búsqueda de la equidad e inclusión de las personas con discapacidad.
Hablemos de sexualidadES.
¿Qué es lo primero que pensamos al escuchar la palabra sexualidad? En la mayoría de las ocasiones pensamos en relaciones sexuales, coito o parejas, pero estas pueden variar según cada persona. La sexualidad va más allá de las relaciones genitales, no se reduce a una parte del cuerpo o un impulso. En realidad, es todo lo que somos, pensamos y expresamos.
Cuando hablamos de sexualidad estamos abarcando una suma de experiencias, expresiones, relaciones, cuerpos, constructos sociales, deseos, pensamientos y más. La sexualidad vista desde un punto biológico solo considera las características psicológicas y físicas que caracterizan a cada sexo, pero también es el resultado de factores culturales, políticos, religiosos, históricos y socioeconómicos.
Es claro que estos puntos nos indican lo individual que es cada sexualidad, pero al final es de todas las personas, es humana y universal, pero sin olvidar que es pluridimensional.
El resultado de la sexualidad es diversidad en su máxima expresión. Es decir, cuando hablamos que es de todas las personas sin importar origen, sexo, orientación, etnia, género, entre otras características, también incluye a las personas con discapacidad y estas con sus diferentes identidades, orientaciones y expresiones.
Así como la gran mayoría de personas se consideran sexuales y sexuadas, la población con discapacidad no debe quedar de lado en esta visión. Más aún cuando la sexualidad de este grupo ha sido de todas las personas menos de ellos y ellas mismas.
La ausencia de visibilidad en los espacios, los estereotipos y falsas creencias ha generado la idea de que la sexualidad en las personas con discapacidad es incierta, descartando todas las posibilidades para acceder a los apoyos necesarios, información, educación y salud sexual.
Por esta razón es muy importante hacerles ver y ser, como también incluirles en todos los ámbitos es esencial para dirigirnos hacia una sociedad más integral, que tome en cuenta todos los aspectos y derechos que tienen las personas con discapacidad.
Darles el espacio y voz que merecen favorecería a la evolución y desarrollo de cada una de las personas, atendiendo a sus deseos y necesidades. Incluirlas y contemplarlas como seres con deseos, placer, amor y sexualidad en general es fundamental para hacerles entes activos y activas de su propia vida.
Les invitamos a ser parte de esta nueva columna con sus ideas, preguntas, comentarios o temas que les gustaría abarcar. Sus opiniones son fundamentales para seguir creciendo en conjunto y poder llegar a cambiar la perspectiva actual de la sexualidad y discapacidad.
Por Mónica Rojas
Lic. Educación Especial
Columnista Palante
www.PaLanteCR.com